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Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario, Año A, 20 de febrero 2011
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Breves comentarios de veinte segundos para la congregación. Arregle con su comité de liturgia para que se lean estos comentarios históricos antes de cada lectura.
¿Quién debe leer estos comentarios antes de la primera y segunda lecturas, y antes de la aclamación al Evangelio? No son ni palabra de Dios, ni parte de la homilía, por lo tanto no deben ser leídos desde el ambón. Son una enseñanza modesta. Así que el que preside debe leerlo desde la sede y el lector a su vez dirija su mirada al que preside y escuche.
Imprima esta página, córtela por las líneas azules, y dele los párrafos introductorios a la persona que los leerá.
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Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario, Año A, 20 de febrero 2011 | ||
Antes de la primera lectura:
El Dios de Moisés era diferente a los dioses de otras tribus, y se esperaba que las personas que seguían al verdadero Dios fueran diferentes de las personas que adoraban a dioses paganos. Este pasaje da un adjetivo a las diferencias, "santo", y especifica algunas formas en que el pueblo de Dios debe ser diferente de otros pueblos.
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Después del salmo, antes de la segunda lectura:
San Pablo le dice a la iglesia en Corinto que es santa, y que es más imprudente dejarse dividir por las lealtades a algunos dirigentes o ideas.
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Antes de la aclamación del Evangelio:
Jesús, el nuevo Moisés predica desde el monte, y continúa contrastando las formas de sus seguidores con las formas aceptadas de los pueblos antiguos.
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Para pagar por el uso de las palabras arriba mencionadas, por favor, reste un número igual de palabras opcionales de otros lugares en la liturgia. |
Otros pocos comentarios sobre estos pasajes. Menos de lo habitual, ya que no hemos celebrado este domingo del año litúrgico desde 1996. Los enlaces pueden ser incompletos por unas pocas semanas antes de la "fecha establecida."
La iglesia no ha observado el Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario o Séptimo Domingo después de Epifanía desde 1996. ¿Por qué es eso? Bueno, es complicado, pero comprensible.
El lapso de semanas en el calendario de la iglesia entre el Miércoles de Ceniza y Pentecostés es siempre el mismo, pero puede comenzar en cualquier momento en un tramo de treinta días a fines del invierno. El período de Adviento a Epifanía varía de acuerdo a la fecha fijada de la Navidad, pero puede variar hasta seis días, puede empezar dentro de un lapso de una semana de duración a finales de otoño, y puede terminar en cualquiera de siete fechas en el mes de enero. El Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario tiene que caer en una de las ventanas entre las temporadas especiales flotantes. Pero espere, se pone más complicado.
Por una costumbre muy antigua, basado en la calendarización pre-cristiana de la Pascua judía, la Pascua se celebra el primer domingo después de la primera luna llena después del equinoccio de primavera. La luna llena ocurre cada 29½ días. El equinoccio ocurre en un periodo de uno o dos días del 21 de marzo. El 21 de marzo sucede cada 365¼ días. Así que la fecha de la Pascua oscila hacia atrás o hacia adelante en el calendario. Asimismo, la temporada de Cuaresma a Pentecostés. Así que el número de semanas del tiempo ordinario entre la Epifanía y la Cuaresma varía de año en año.
El intervalo del tiempo ordinario entre Pentecostés y el siguiente Adviento también puede variar. ¿Por qué? Porque queremos que haya cuatro domingos de Adviento antes de la Navidad, y la Navidad se mueve en el calendario de lunes a domingo. Así que el Adviento podría comenzar tan tarde como el 3 de diciembre, o tan temprano como el 27 de noviembre. Eso puede variar el número de domingos entre Pentecostés y Adviento. Uno de los domingos en ese tramo podría ser designado como Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario. Pero con frecuencia los dos períodos flexibles para el Tiempo Ordinario no suman el número óptimo de los domingos ordinarios. Si tenemos que suprimir algunos de ellos, suprimimos los Domingos Ordinarios seis, siete u ocho. Es un poco arbitrario, pero se basa en algunas tradiciones que hemos encontrado cómodas.
Haga un poco de aritmética en el número de días en una semana, en un mes lunar y en un año. Los intervalos no se dividen entre sí de manera uniforme. Los fenómenos naturales que reflejan estos intervalos, ya que ellos reflejan las posiciones de la tierra, la luna y el sol, son las mareas. Un marinero que conozco me dijo una vez que las tablas de mareas se repiten cada diecinueve años y medio (yo no sé por qué es así, no es un número entero). O tal vez fue un astrónomo que me contó que sus efemérides, sus tablas de los tiempos y el azimut de la salida de la luna y el amanecer, tienen un plazo de 19½ años. No me acuerdo. Algunos números como estos pueden describir el ciclo de los ciclos litúrgicos. Consideremos también que nuestras lecturas varían en un ciclo cada tres años. Eso explica el por qué usted no ha escuchado las lecturas de hoy en la iglesia durante doce años, QED, y el por qué en el Internet se encuentran pocos comentarios sobre las lecturas.
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Servicios Koinonia
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Comentario en Inglés por el Padre Roger Karban de Belleville, Illinois, USA
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The Text This Week; homilías, obras de arte, películas y otros recursos en Inglés.
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Excelente sitio web de la Universidad de Saint Louis, en español
| aún no publicado al 3 de febrero 2011. |